Con cariño
No tengo nada que ofrecer.
Los bolsillos fuera de los bolsillos
como dos peces muertos.
Mi última moneda se cayó al suelo
y rodó hasta una alcantarilla,
esas alcancías de mierda
y monedas que ruedan.
No tengo a donde ir.
Los zapatos gastados y sin rumbo
como dos ataúdes con una
vía de agua en alta mar.
Mi última brújula se quedó
estúpidamente imantada
en un Norte absurdo,
ese punto ordinario para buscadores
de oro y oportunistas.
No tengo nada que contar.
Mis últimos versos se convirtieron
en un carboncillo incapaz
de decirte nada con color.
Las palabras agotadas en el silencio
del margen de una página no numerada,
ese abismo plano de color enfermizo.
4 comentarios:
perdona la crueldad, pero te recuerdo que una vez me dijiste que tú no escribías poemas, es evidente que mentías. afortunadamente añado.
no te tendré en cuenta esta mentira porque estabas un poco bebido.
salud
Mejor sin monedas, así Caronte no podrá llevarte al otro lado y te quedarás aquí con tus versos por largo tiempo.
Salud, my friend.
joder vaya amigos que tienes!!!
ahi va otra, mientes vilmente....
ahora te dire, me encanta como mientes.....
nos mentimos en breve y en persona
agur
Tiene usted un cariño acojonante.
Mua.
Publicar un comentario