
Vendo peregrino cansado, aburrido,
con llagas (estigmas del camino),
maloliente, desencajado, estafado por
los hosteleros de Santiago,
y a estos también.
Vendo peregrino en la Plaza del Obradoiro,
haciendo cola, sentado en la escalinata,
buscando el Metro o la Catedral,
atorrado por la tuna compostelana,
y a ésta también.
Vendo peregrino (sufriente moderno)
con su bastoncito, su calor y su agua,
su puta concha y sus
afotos,
esquivando a los
yonkis locales,
y a estos también.
Vendo peregrino en la Puerta Santa,
en bicicleta, en varios idiomas,
ebrio de Dios, borracho de sangría,
interpelado por los nacionalistas,
y a estos también.
Vendo peregrino con botafumeiro,
en
chorritienda, en la fuente de los caballos,
al lado de “Las Marías”, dando por saco,
preguntando cosas a la policía,
y a ésta también.
Vendo peregrino de la ceca a la Meca,
en tarta de almendra,
á feira,
encendiendo velas, robando limosnas,
abrazando al apóstol de la curia romana,
y a ésta también.