viernes, 13 de marzo de 2009

NIÑO HEMORRAGIA

A veces se excitaba tanto, o se ponía tan nervioso que sangraba por la nariz. Niño Hemorragia no podía tener emociones fuertes porque se ponía perdido y su madre le echaba la bronca. Pero a él le gustaba el riesgo: espiar los vestuarios de las niñas, ver jugar a su equipo, mirar las tetas de su profesora de lengua, bajar en monopatín la cuesta de su calle, etc. Todos los días había motivos para que Niño Hemorragia sangrara por la nariz, sobre todo si se sentaba al lado de Aurora, la niña de sus sueños, y sólo había uno por el que no le gustaba que le pasara: hacer exámenes. El día previo a un examen se ponía muy nervioso y sangraba tanto que se desmayaba encima de los libros; así, al menos, dejaba de estar nervioso. Y al día siguiente, cuando se sentaba en su pupitre a la espera de la hoja de la evaluación, otra vez. La excitación máxima que experimentaba Niño Hemorragia era cuando la profesora de lengua lo sacaba al encerado para escribir frases llenas de haches, bes o uves, y tenía que levantarse de al lado de Aurora.
Niño Hemorragia acabó sus estudios primarios aprobando por los pelos, muy delgado y sin haber besado nunca a la niña de sus sueños.

4 comentarios:

Carol Bret dijo...

Yo le daría dos hostias, para que sangre por algo.

Fdo. la profe de lengua más chunga del planeta. Jua jua jua juaaaa

Ra dijo...

Creo ponerme perfectamente en el humor de sus derrames, valga la redundancia... Entrañable, Monsieur.

A Niño Coágulo me gustaría ver a mí :)

Bandini dijo...

yo sigo sangrando por la herida.

salud hermano.

Unknown dijo...

joder no me extraña, o aurora era vampira o normal que no consiguiese un beso.....
me estoy imaginando el momento previo y es como una explosión hemorragica que acaba con el inmaculado vestidito de aurora para una secuencia de la matanza de texas...

¿donaste esta semana?
saludos