miércoles, 31 de diciembre de 2008

La Maga








La realidad es una ilusión muy persistente

Albert Einstein

El año está lleno de días que parecen repetirse como un tópico.
Pero hay días que apenas duran unas horas y entonces
el universo se concentra en un tic-tac invisible, que no pasa,
y una Maga que acaricia las palabras con acento foráneo y mío
me despeina todos los minutos y ya no quiero volver a peinarme.

Hay años que terminan el treinta y uno de diciembre
exhaustos de monotonía.
Pero este año acabará cuando le plazca lleno de ojeras,
en forma de marca-páginas, en una calle abierta al abismo del almanaque,
con un frío que se estrella contra el estómago,
recetando libros como pastillas para soñar,
como un truco de magia inolvidable.

El año está hecho de días desordenados del uno a las uvas,
de números despreocupados en calendarios caducifolios,
de camas deshechas y de viernes embriagados…
pero sobre todo está hecho de palabras
que la Maga escribe para que el paso del tiempo
no sea tan ininteligible, absurdo y perezoso.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

La Navidad (o la tiranía de la felicidad)



Lo cierto es que nunca he odiado la navidad y me gustan las calles decoradas con bombillas de colores. Odio lo que todo el mundo: los villancicos, los noeles colgados de las ventanas, la sobredosis de publicidad, los centros comerciales (todo el año) y el tener que estar feliz y toda esa mierda hipócrita. Los pesimistas lo tenemos muy jodido para reír por reír –pero cuando nos reímos nos partimos el pecho- y estas dichosas fechas son tan asquerosas, anodinas o brillantes como cualquier día de playa, un cumpleaños o una semana en el campo. Pasarlo bien es un acto individual (casi siempre compartido) y desconfío ampliamente del buen rollo colectivo-espontáneo. La navidad es como una película porno: cuanto más consientes más te dan por todas partes, y acaban echándote todo el confeti por la cara.
No voy a desearos felices fiestas porque no os hace falta; cada uno sabe qué cuota de felicidad-infelicidad necesita para bailar sobre la tumba de la tristeza, y ya habréis pedido lo vuestro a Santa Klaus. A mí no me ha hecho falta porque una Belleza, anticipándose, me ha regalado un libro... a orillas del mar (gracias Guapa), más no se puede pedir.
Así que FELIZ NAVIDEAD.

domingo, 7 de diciembre de 2008

RADICALES LIBRES V (ob-la-di ob-la-da o cuarenta años desde The White Album)

The Beatles



No sé si eran buenos o malos músicos y compositores, pero no eran un fraude.
Mis recuerdos más remotos, a parte de aquella profesora de la que me enamoré como un tonto, están ligados a los Beatles, y más particularmente a los recopilatorios “Rojo” y “Azul”, dos botones de muestra que me valían para saber que estaba ante algo enorme de los cuatro chicos buenos de Liverpool.
Uno de los pasatiempos de entonces era jugar con mis hermanos a ser los Beatles: poníamos el LP o una cassette y éramos los Littles, claro, y yo era Ringo Starr. A veces subía el vecino del 3º y se convertía en el quinto beatle, pero nosotros sabíamos que sólo triunfaríamos siendo cuatro.
Ha llovido lo suyo desde aquellos días soleados de mi infancia hasta este invierno de material fungible, pero aún me quedo pegado cuando, por azar o deliberadamente, escucho cualquier tema suyo.
He vuelto sobre su obra estos días y hay cosas nuevas o inesperadas en ella. Desde aquel horror rosa del Love Me Do hasta el brutal Helter Skelter, por ejemplo, hay cosas imperecederas en la música de los cuatro jinetes del LSD.
No sé si es porque soy un juguete de mi subjetividad por lo que creo en la vigencia de su música o es que el tiempo ha tratado bien a sus canciones, pero el tiempo sólo trata bien a aquello que no defrauda.

… please, wait a minute Mr. Postman…